Es mejor meter el dedo que meter la pata


Esta entrada no está basada en ningún artículo, y ni siquiera he realizado una búsqueda para saber la validez real del tacto rectal para descartar el cáncer de recto, por lo que esta entrada será una de Medicina basada en la Experiencia, un tipo de Medicina que no es mi preferida, pero que hay veces que es necesario hacer un poco de caso.

Hace poco he leído dos entradas en blogs sobre el tacto rectal, en el contexto del cáncer de póstata y el marketing en el mismo tema y me decidí ha escribirlo. En los últimos meses, han llegado varios pacientes a realizarse una endoscopia digestiva baja (colonoscopia o rectosigmoidoscopia) por rectoragia, y al realizarse el tacto rectal para la prueba se palpa una masa que se confirma como cáncer de recto al introducir el endoscopio.

Una vez visto el tiempo de espera de estos pacientes, no creo que la demora modificara las posibilidades de curarse de ninguno de ellos, pero la verdad es que la sensación de que se podían haber acelerado las cosas, con lo que esto conlleva, sobre todo en cuanto a tranquilidad por parte del paciente, me lleva a insistir en que ante cualquier sangrado rectal, se debe hacer una exploración de la región perianal para valorar lesiones en esa zona (fisuras, hemorroides…) y un tacto rectal para valorar la mucosa y descatar la existencia de masas palpables.

Así, que recordad el título de la entrada y que es más cómodo para el tacto rectal proctológico, a postura en decúbito lateral (tumbado sobre el lado)